BUENOS AIRES.- Haga lo que haga, Diego Maradona da qué hablar. Y ayer no fue la excepción. El 10 cumplió promesas pendientes y se abocó a una nueva función, la de encargado de estimular anímicamente al plantel de Deportivo Riestra, que milita en la Primera D del fútbol de Buenos Aires. No le fue mal al equipo, ya que de ir perdiendo 1-0 pasó a sentenciar el pleito con San Miguel por 2 a 1.
La tarea de Diego comenzó el domingo con una charla al plantel en la concentración, que se extendió hasta la medianoche con anécdotas y consejos. Ayer en tanto, el astro llegó una hora antes del comienzo del partido en Villa Soldati y en el reconocimiento del campo, estrechó las manos de los futbolistas que lo aguardaron en la mitad de la cancha, además de saludarse con los simpatizantes de Riestra.
Maradona se ubicó junto a su padre y un grupo de acompañantes en un palco improvisado donde no hay construida ninguna tribuna y vivió el cotejo con el mismo énfasis que le pone todo a su vida.
Gritó los goles a los saltos, pateó el alambrado, se quejó de algunos fallos arbitrales, le habló durante todo el partido a los jugadores y explotó al final del cotejo.
"Vieron que se podía, todo se puede!!!", le gritó a los futbolistas tras el cotejo, mientras ingresaba al campo de juego, y hasta se ufanó en el gol de Sebastián Soto (2-21) que él le había aconsejado pegarle en un tiro libre "al palo del arquero".
Los futbolistas de Riestra, varios conmovidos hasta las lágrimas, le agradecieron al crack y lo llevaron a través del campo en andas, en un festejo casi de campeonato, aunque recién va un partido. (Télam)